El extraño caso del coche embrujado
Esta semana nos hemos encontrado con uno de los casos más curiosos y espeluznantes de nuestra larga trayectoria reparando coches. Un cliente, que hacía mucho tiempo que no venía por el taller, llama y nos cuenta que tiene un problema bastante extraño con su Toyota Corolla Verso, que a veces, cuando mueve el volante de la dirección hacia un lado, de repente y con fuerza, como si estuviera poseído, gira hacia el otro.

El coche parecía estar embrujado, como si alguien más estuviera al volante.
Probando, probando
Dada la gravedad del problema, le digo que venga lo antes posible al taller para efectuar una prueba en carretera. Pasado un rato llega y nos vamos a probar la extraña avería. Y no se hace esperar, en el primer giro que hago a la derecha, la dirección se pone dura e intenta girar a la izquierda, teniendo que aplicar algo de fuerza para controlar la trayectoria. Además, se encienden varios testigos en el cuadro de instrumentos: dirección eléctrica, control de estabilidad, sensor de presión de neumáticos y se enciende y apaga la unidad de audio. ¡Todo un poltergeist! Decido seguir con el test hasta que saliendo de una rotonda, el movimiento del volante es tan fuerte, que casi nos estrellamos. Uf. Como podrás entender, le digo al propietario que es muy peligroso conducir el coche en ese estado y que debe buscar transporte alternativo para ir al día siguiente a trabajar, ya que lamentablemente, tenemos los siete vehículos de sustitución ocupados…
Reparando
Al día siguiente, en cuanto tenemos un hueco, Juan, el jefe de taller, se pone manos a la obra realizando con mucha precaución una prueba en carretera para reproducir la anomalía, seguida de una lectura de códigos de avería con las dos herramientas de diagnosis, Autocom y SnapOn, obteniendo códigos de avería de los sistemas que encendían los testigos en el cuadro de instrumentos. Todos los códigos de avería se pueden borrar, y solo se vuelven a generar al girar la dirección en carretera, pero no cuando lo hace en el elevador. Y esto nos da dos pistas, por un lado, la disparidad de sistemas involucrados nos hace pensar en una causa general que afecta a todos esos componentes, y por otro, que la anomalía se presenta solo cuando el coche se mueve girando.
Uno de los sistemas del coche que puede afectar a tantos y tan dispares elementos es el sistema eléctrico, que se compone del alternador, que es el que genera energía eléctrica a partir del movimiento del motor; la batería, que almacena parte de esa energía generada, y el cableado, que distribuye información y energía a todos los componentes eléctricos y electrónicos. Cuando el alternador se estropea, lo normal es que deje de generar energía, pero en ocasiones, se avería generando picos de tensión tan elevados, que pueden afectar al funcionamiento de los diferentes sistemas electrónicos, incluso quemándolos. Pero en este caso, el alternador estaba funcionando correctamente, y moviendo su cableado no variaba la tensión eléctrica.
La solución
Descartado el alternador, Juan examina la batería y ¡Eureka! a pesar de tener aparentemente todos sus anclajes en el sitio, la batería se puede mover haciendo fuerza con las manos, de un lado para el otro, produciéndose contacto entre partes metálicas y derivaciones a masa. La batería se mueve porque uno de sus elementos de sujección, en vez de estar enganchado correctamente en la correspondiente pestaña metálica, está enganchado en un orificio de la bandeja de plástico de la batería. Con el tiempo y el movimiento del coche, el plástico se había deformado, dejando a la batería suelta. Una vez sujeta correctamente, Juan prueba el coche en carretera, comprobando que la dirección se comporta correctamente.
La causa
Con el problema resuelto, llamo al cliente y le comento todos los detalles de la avería y la solución al problema, que afortunadamente no hay ningún componente averiado ni daños consecuenciales. Le pregunto que si la batería se la había cambiado él, y me dice que no, que la había cambiado en X, uno de esos centros tan conocidos y baratos, especializados en mecánica sencilla (sí, ese que estás pensando), al que suele acudir para el mantenimiento, para cambiar ruedas y, en este caso, para el reemplazo de la batería. Pues la batería le había salido cara, pero además, había puesto en riesgo su vida y la de los pasajeros.
Y así acaba el extraño caso del coche que no estaba embrujado, sino mal reparado. Las intervenciones en los vehículos deben hacerse por profesionales debidamente capacitados, y cuando los estudiantes de mecánica vienen a los talleres, lo hacen para aprender, no para abaratar las reparaciones. Y colorín, colorado, el cuento de las reparaciones baratas, se ha terminado.
Fotografía de Miriam Espacio de Unsplash, modificada, optimizada y redimensionada.